¿ES NECESARIO IR AL PASADO PARA SANAR EL PRESENTE?
CONSCIENTE VERSUS INCONSCIENTE
Mucho se ha hablado sobre el consciente y el inconsciente ¿Cómo podemos entenderlo? ¿Cómo se manifiesta en nuestras emociones? ¿Controlamos nuestras emociones?
Hay situaciones emocionales que repetimos una y otra vez, ¿Qué reacciona, nuestro consciente o inconsciente?
Si reacciona nuestra parte consciente estaremos controlando la situación, en cambio, si reacciona nuestro inconsciente, sentiremos emociones tales como rabia, tristeza, miedo, frustración…
¿Por qué sucede que nuestro inconsciente reacciona más rápido que nuestra parte consciente-racional? Es una respuesta de velocidad. El consciente procesa a 50 bits por segundo, en cambio el inconsciente a 11.000.000 de bits por segundo ¡Aquí tenemos la respuesta!
Para comprender el consciente, versus, inconsciente, vamos a ir a sus raíces.
Se podría decir que el ser humano no tiene un cerebro, sino tres. Fundido en una sola estructura. Nuestro sistema nervioso central alberga tres subsistemas, producto de la larga zaga filogenética que lo vincula a la aventura de la vida, cuando ésta optó por salir de la seguridad del mar.
El consciente procesa a 50 bits por segundo, en cambio el inconsciente a 11.000.000 de bits por segundo
Por orden de aparición en la historia evolutiva, esos tres cerebros son: primero, el reptiliano (reptiles), a continuación el límbico (mamíferos primitivos) y por último el neocórtex (mamíferos evolucionados o superiores).
El reptiliano y el límbico, se relacionan con el inconsciente y el neocórtex (racional), con el consciente.
Es importante observar como la evolución no ha desechado lo que fue desarrollándose a lo largo de la historia, de forma que las adquisiciones del reptil permanecen casi idénticas en nuestro cerebro y comprenden el sector inferior del sistema nervioso. De ahí, millones de años después, alrededor del tallo encefálico se desarrolló el denominado sistema límbico, que es el centro encargado de albergar las emociones, tales como, la rabia, el miedo, el amor…
Tanto el cerebro reptiliano como el límbico, son los encargados de nuestra supervivencia, por lo tanto, su velocidad de reacción ha de ser rápida: 11.000.000 bites. Como resultado crea acciones involuntarias, pensamientos automáticos, procesos fisiológicos…
Posteriormente se desarrolló el neocórtex, al que denominamos cerebro pensante, que contrasta, enjuicia, interpreta, procesa el lenguaje y el tiempo…
Imagínate un iceberg, la parte que vemos sería el consciente y la parte que no vemos, sería el inconsciente.
¿Cómo podemos ir a nuestro inconsciente, para aligerarlo? ¿Cómo resolver ese proceso emocional, que parece automático y fuera de control? Para llegar al inconsciente podemos hacerlo a través de las Regresiones Terapéuticas, ya que nos permiten conectar con el origen de la emoción dolorosa, integrarla, transformarla y desactivarla. Lo resuelve a través de vivenciar de nuevo (ver y sentir), los hechos concretos causantes de esa respuesta negativa, ligada a la supervivencia y almacenada en nuestra psique inconsciente, aparentemente olvidada. Para ello basta con llevar al paciente, a través de lo que denominamos un Estado de Conciencia Emocional.
Si vamos a la raíz de esas emociones y tomamos conciencia, nuestro inconsciente, que es sabio y tiene memoria, sanará por sí mismo.
Así, las situaciones emocionales actuales, podemos verlas como una oportunidad de autoconocimiento y de crecimiento personal, responsabilizándonos y comprendiendo el mensaje que nos quieren transmitir.